Crónicas de trabajo en el ciber - locutorio

Crónica de como me aburro (y me divierto) día a día en mi nuevo trabajo.

26 mayo 2006

Cosas locas

Me dí cuenta de que estando acá uno crea entretenimiento sin darse cuenta.
Es que hay veces que el ambiente se hace tan extremadamente aburrido que uno empieza a imaginar las cosas de una manera, para sentirse más divertido, aunque en realidad no lo hace, sino que lo hace sentir más patético.

El otro día mientras sacaba mil fotocopias (sí, mil) logré transportarme a otra dimensión, sobrepasada por el aburrimiento y me dí cuenta de algo; para mí cada objeto inanimado tiene su propia personalidad, y me guío según eso.
Voy a hacer la lista simple para que ustedes comprendan:

Cabinas

Cabina 1: La cabina 1 es lo mejor. La cabina 1 es la que manda, es la mejor de todas, es la que maneja todo. Dgamos que la cabina 1 es el presidente.
Cabina 2: La cabina 2 es buena y linda también, pero no tanto como la 1. La cabina 2 es el vicepresidente.
Cabina 3: La cabina tres es la hermana boba, la tonta y molesta que solo está porque está, nunca hace bien las cosas (ésta es la cabina que siempre soy a la gente que me cae mal)
Cabina 4: La cabina 4 es la hija no deseada, ni la registro.

Máquinas

Máquina madre: O sea, la mía. Es una de las típicas rubias tontas (el monitor anda mal y se ve todo amarillo, eso apoya mi teoría) como no tiene ningún programa de diseño ni nada que se le parezca, siento que carece de personalidad, aunque como tiene la grabadora de CDs, podríamos decir que es una rubia tonta con buenas gomas...
Máquina 1: Es mi favorita. Por más que tenía el antiporn que cerraba cualquier página, así sea de los Teletubbies, por más que la ruedita del mouse se rompió y por más que la bandeja del teclado sea incómoda, es mi favorita de todas. En la máquina 1 se sienta la gente que me cae más que bien. En la máquina 1 se sientan mis amigos. Que yo te de la máquina 1 significa que te estoy dando mi corazón, porque aunque tiene defectos, la amo, así como toda la gente a la que amo tiene sus defectos. Si la máquina 1 fuera un hombre, me casaría con él.
Máquina 2: La máquina dos es, creo, la mejor. Nunca nadie que haya estado en esa máquina se ha quejado. Anda muy bien, y es linda. Por lo tanto debo decir que la máquina 2 es la embajadora.
Máquina 3: Ésta es la eterna rival de la máquina 2, porque es igual de buena, además está en un espacio privilegiado, porque está entre la 2 y entre la 4, (aunque ella tiene más afinidad con la 2). La máquina 3 es una niña buena, una niña exploradora que está dispuesta a ayudar.
Máquina 4: No es mala, pero tampoco es buena. Es, digamos, el alumno mediocre que se saca 7 en todas las pruebas.
Máquina 5: Ésta es un asco, es un gordo sucio que se rasca el trasero metiendo su mano dentro de sus calzoncillos agujereados mientras una mosca revolotea sobre su cabeza. Esta máquina se la doy a la gente que me cae mal.
Máquina 6: Es la cosa más vil y detestable que existe en la faz de la tierra, es fea, es repugnante, es la máquina que está tirada en medio del chiquero, bien al lado del gallinero, rodeáda de animales asquerosos y malolientes. Le falta un diente. Simplemente la veo e imagino las gallinas a su costado, picoteando y dejando un olor impresionante, que encima está al lado del gordo sucio de la máquina 5.

Ahora, creo que la gente no entiende esto. Viene una persona y me dice "dame una máquina". Luego de agregar el "por favor" con mi mente, y de sentirme muy enojada por su trato hacia mí, como si fuera el señor feudal y yo un simple siervo, lo miro y le digo "por la seis" con cara de "ahora vas a ver...". Sorprendentemente la persona camina hacia la máquina como si nada, se sienta en la máquina, sin comprender el castigo al que lo he sometido. La persona trabaja, se levanta y me paga. Y no ha comprendido que le dí la máquina fea... para él es sólo una máquina más, perdida en el negocio junto a otras 5 que son aparentemente iguales...

O viene alguien que siempre me trata bien, y tiene que trabajar. Entonces en la más pura de las amabilidades, le ofrezco la máquina 1. Pasa, la usa como hubiera usado a la 5, me paga y se va...

O hay veces en las que las otras 5 máquinas están en uso, entonces le tengo que dar la máquina 1 a alguien que me cae mal, y pienso "espero que no piense que me interesa"
Hasta que me doy cuenta que el código maquina-cabina tiene sólo sentido en la infinidad de mi cabeza diminuta, y que en el exterior de ella, ésto no tiene sentido, como tantas de las cosas que pienso.

Algún día mi mente controlará el mundo, y los usuarios de máquinas 6 serán marginados, mientras los máquinas 1 gobernarán la faz de la tierra hasta que aparezca la gran y sabia Máquina 0 y viviremos por siempre en un locutorio en el que nadie atiende y nadie es cliente, todos somos y todos servimos...

Podrán decir que soy una soñadora, pero no soy la única.

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23 mayo 2006

TEST

Con ésta guía lo ayudaremos para que usted se de cuenta si es que se está volviendo loco por trabajar en un ciber-locutorio-librería o si es sólo un quejón. Responda a estas preguntas sólo con sí o no;
  1. ¿Atiende el teléfono de su casa diciendo "locutorio"?
  2. ¿Saluda a un amigo que encuentra por la calle diciendo "chau, gracias"?
  3. ¿Tiene más de 3 pensamientos suicidas/homicidas por día?
  4. ¿Ha ideado la manera de utilizar un mouse como arma mortal?
  5. ¿No quiere fotocopiar libros porque le da pena la persona que los tiene que fotocopiar?
  6. ¿Cada vez que escucha la palabra "dame" se dice mentalmente "por favor"?
  7. ¿Sueña con el ruido de la fotocopiadora?
  8. ¿Cuando llega a su casa no le explicaría ni a su madre como entrar en su casilla de correo?
  9. ¿Cada vez que entra a un locutorio y ve la marca de una huella digital en el vidrio, la limpia con su pullover?
  10. ¿Cree que los empleados de ciber tienen comprada la entrada al cielo?

Si usted contestó "No" a aunque sea una de estas preguntas, quiere decir que es un maricón.

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16 mayo 2006

Cosas viejas

Hay veces que vienen viejos con cosas viejas.
Hay unas que no son para tanto, pero hay otras que me provocan decir “¡¡Siglo XXI señores!!”

Un ejemplo de esto son las libretas de enrolamiento. Me las dan, me dicen “primera y segunda hoja” entonces tomo el impresionante documento, abro la primera hoja (dejo las otras 74) la coloco en la fotocopiadora, le saco copia de esa cara. Cambio la página (con mucho cuidado, ya que tiene la textura de un pergamino egipcio) le saco a la otra, sale la fotocopia, levanto el documento, el cual se va deshaciendo de a poco, sin una mínima intensión de quedarse en su lugar, a pesar de los metros y metros de cinta scotch. Se lo entrego al dueño y me dice “Debería cambiarlo, pero todavía sirve”, asiento mientas limpio los restos que quedaron en el vidrio de la fotocopiadora, los guardo en un cofre, ya que algún día tendrán valor; los diamantes pasarán de moda. En las películas yanquis veremos como el muchacho se arrodilla frente a su amada, y ante la sonrisa de ésta, le dice “Mary, will you marry me?” mientras abre el cofrecito de terciopelo que tiene en su interior un anillo de libreta de enrolamiento, ella comenzará a llorar de la emoción, y le dirá “John! It’s beatiful” luego le mostrará a las amigas, quienes le dirán “Eres muy afortunada, es de una foto y media!!”

Otro ejemplo son esos celulares del tamaño de una canoa. Una vez vino un viejo y me dijo “¿me cargás la tarjeta?” y me dio una tarjeta.
Tomo el aparato telefónico, quito el tubo, giro esa extraña manija, me atiende la operadora, le digo “¿Operadora? Comuníqueme por favor con el *444” y la operadora me dice “Comunicando kkjjjjjjjjjj” cargué la tarjeta, y me atendió la operadora y me dijo “Son 0 pesos y 0 centavos” (la llamada es gratuita) y le dije “Muchas gracias” y me dijo “Buenas tardes”. Puse el celular en el bolso especial para ese tipo de celulares (sino como lo cargas?) lo até sobre el asno que trajo el caballero consigo, y se fueron a la mezquita.
Dios los bendiga.

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Adolescentes

He descubierto a una raza distinta; al parecer los llaman “adolescentes”.
Al comenzar mi investigación me di cuenta de algo: No me caen bien los adolescentes. Está bien; yo he sido adolescente en mi momento... Bueno, lo admito, lo sigo siendo, pero creo que yo no actúo como lo hacen estas criaturas.
Tal parece ser que para ellos, éste ciber es un lugar de encuentro. En el pasillito se juntan 5, 6 o incluso 7 adolescentes que se ven todo el día en la escuela, pero bueno, necesitan estar juntos. Hay una plaza enorme enfrente, pero ellos necesitan canalizar todo lo que sienten poniéndose todos en frente de una computadora mientras una de sus compañeras chatea con un flaco del otro lado del mundo, quien le dijo que es linda, y todos se ríen por
eso con unos “jijiji”
Para colmo soy testigo de la ignorancia sin fronteras de éstos fascinantes especimenes.
Al parecer debían hacer un trabajo sobre alguna tragedia de la Argentina (aunque la Argentina en sí ya es una tragedia... pero esa es otra historia). Unas muchachas eligen hacer sobre la tragedia de Cromañón. Y le
preguntan a otra “¿Vos de qué vas a hacer?” a lo que ésta responde “De... eehhh... ¿cómo se llama? Sí, la cosa esa. No sé, no me acuerdo como se llamaba. Lo de... eehhmmm... el.... el golpe militar, porque...” (haciéndo cátedra de sus conocimientos) “las... éstas, las viejas esas con el pañuelo en la cabeza dan vueltas en la plaza para pedir por lo que pasó” mientras teclea algo chateando, que al parecer es un “jajajajaja” probablemente a algún otro descerebrado que cree que en el conservatorio se conserva el marido de la vaquia (sí, es malísimo, pero nunca antes lo había podido usar...)
¡Ah! Y las versiones masculinas de éstos especimenes son aún más fascinantes; Parece ser que cada uno de estas increíbles ejemplares se revolotea al ver una mujer, e instintivamente la convierte en una posible hembra receptiva, a la cual intenta llamarle la atención utilizando chistes malos, cuales plumas de pavo real, desplegando su belleza interior para lograr el posible apareamiento, el cual, simplemente viéndole las caras a estos adolescentes uno se da cuenta que jamás ha tenido lugar en su vida, con nadie. Porque al parecer a las versiones femeninas les atrae un determinado macho alfa, que puede reconocerse por su gesto de “te derretís ante mí, no importa lo que digas”.
Al parecer la adolescencia transcurre entre los 14 y 21 años. Lamentablemente sabemos que no todos logran superar ésta etapa de su vida, así tengan 34 años, sin embargo invito a todos ustedes que sigan observando sus movimientos.
Ésta es la licenciada en ciencias obvísticas, Mechicabota Morrison, despidiéndose, hasta un nuevo encuentro de;

La vida salvaje, más cerca de lo que creemos.

Sigan sintonizando.

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08 mayo 2006

Elijo no atenderte

Me gustaría de vez en cuando utilizar ésta frase y hacerla valer. Poner un cartelito que diga "la empleada se reserva el derecho de atención". Entra alguien cualquiera, y a la menor molestia, decirle "Elijo no atenderte" me cruzo de brazos y le doy la espalda hasta que se vaya. Llegado al caso, si me insiste y me sigue pidiéndo lo que quiere, me tapo los oidos y grito "¡No escucho, no escucho!".

Entra uno y me dice

-Hola, necesito bajar fotos del celular a un CD-
-Sí, puedo hacerlo ¿Trajo el cable USB?-
- Sí, ¿Qué sale?-
-¿Cómo dijo?-
-¿Qué sale?-
-Elijo no atenderlo, señor, buenos días-
-¿Por qué?-

Me doy vuelta

-¿Qué sale, qué sale?-

Le señalo el cartelito, aún de espaldas

-Pero, ¿Qué sale?-

Me doy vuelta. Y señalo la puerta.

-Fuera-
-¿Por qué, qué sale?-
-¡Fuera!-

Mientras se aleja le grito

-Se dice "¿CUANTO sale?"-


Entra un nenito

-Hola, ¿Me das un locutorio?-
-Elijo no atenderte, fuera-
-¿Por qué? Quiero un locutorio, para hablar-
-Si querés un locutorio para hablar, vas a necesitar más que 25 centavos, y probablemente un socio adulto, que ponga la firma-
-Pero, ¿Por qué? Necesito un locutorio.-

Me voy vuelta y sin decirle nada le señalo la puerta.

Entra un adolescente

-Disculpame, ¿Me podrías decir que horas son?-

Miro hacia un costado y levanto un hacha mientras lo persigo con un alarido.

Me condenan por homicidio culposo. Paso 13 años en prisión. Me sueltan y me olvido de éste blog.

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04 mayo 2006

Extremos posibles

Hay dos extremos: O no me saludan o me cuentan toda su vida y su testamento.


Es un impulso natural saludar a la gente que entra a la misma habitación en la que está uno. Nuestros antepasados vivían en cuevas, y cuando uno entraba, es sabido que el que ya estaba adentro lo saludaba; "Unga". A lo que éste respondía lo mismo, ("unga") o tal vez "mandanga chunga" u otra palabra (tanta información no tenemos). Los japoneses consideran una total falta de cortesía el no saludar, incluso puede llegarse a penar con la muerte. Entra una persona a una habitación, y al escuchar el saludo "Harakiri" éste responde "Ikebana", es sabido.

La gente que entra en el negocio no deben ser humanos, porque las respuestas que recibo son muy extrañas y difícilmente tienen una intensión de "Hola":

"Hola"
"Seis de estas"

"Hola"
"¿Máquina?"

"Hola"
"¿Tenés esos ganchitos para carpetas?"

"Hola"
"¿Para hablar?"

"Hola"
"Cof, cof, cof"

"Hola"
"aaaaayyy, ¡Qué lindos perritos!"

"Hola"
"¿Fotocopia de séptimo?"

Yo no soy exigente. Pero es que acepto cualquier cosa, un "hola", "Que tal", "buenas", incluso acepto un "ho..." pero parece que no se entiendoe que soy una persona, y que me pasa eso todo el tiempo, y es frustrante. Ocho horas de mi vida transcurren acá.
Tampoco quiero que vengan y me digan "Hola, Mechicabota, ¿Cómo estás?" como suelen hacer, y me dan ganas de decirles "Mal, estoy deprimida porque hace unos años...". hay unos que me cuentan su vida. Lo que hago para que se den cuenta que no me interesa es teclear. Tecleo, no importa qué.
Incluso hay un par que la otra vez me dicen "¡Hola Mechicabota! ¿Cómo estás? Che, ¿No me pasás algunos contactos del messenger?" lo cual no comprendí muy bien. Tal vez esperaba una respuesta tipo "Sí, sí, tomá, te paso las direcciones. Éstos son mis hermanos. Éste es mi amigo de toda la vida, éste es el de mi prima, tomá, éstos son compañeros de la facultad, acá tenés el de Blue's man por si te interesa, ¿Querés el mi dermatólogo también? Sí, tomá, estos son del foro de los Beatles, son divinos" no, en cambio le dije "No." y como se me quedó mirando esperando una justificación, le dije "Son míos".

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02 mayo 2006

Comidas

Yo no soy una chica delicada. No soy asquerosa con la comida, como bastante bien, un poco de todo y no tengo muchos problemas a la hora de comer. Pero hay cosas que aunque intente no puedo comer. Ejemplo de esto son, los zapallitos. Los zapallitos rellenos me dan náuseas, me dan mucho pero mucho asco. También detesto los morrones. Pero esto va más allá del hecho de que no me gustan. Realmente no puedo tragarlos. El más mínimo contacto con mis papilas gustativas deriva en vómito. También los sándwiches de miga me dan como náuseas. Como máximo y si tengo muchas ganas puedo comer dos, más no, porque sino me dan náuseas.
Acá puedo resumir mi alimento diario en una palabra: Sandwiches. Todos los días como un sándwich. Me alimentan sólo con eso. A veces de salame, otras veces de jamón, pero casi todos los días como un sándwich. Hay veces que se les dá la loca y me traen comida de verdad, pero tampoco está bueno comer guiso de arroz arriba del teclado. [Es gracioso porque apenas terminé de poner esta frase me trajeron guiso de arroz, no sé como hice para no reirme].
La otra vez vienen con un plato, cubierto con un repasador, y cuando lo destapan, soy testigo de ese alimento detestable; Zapallitos rellenos. Me dice la que me lo trae "Mmmm! Que rico!!" y yo "Sí...". Lo que hice fue cortar los bordes (donde había más zapallito) y meterlo entre dos rodajas de pan para no sentirle el sabor.
El otro día me trajeron... Escuchen esto; Sándwiches de miga de morrones.
¿Qué hice? Fácil. Intenté abrir el sándwich pero como estaba lleno de mayonesa, se partía. Entonces lo que hice fue fijarme el lugar exacto donde estaban los morrones, y procedí a quitarle un pedazo de tapa del lugar, luego con un capuchón de lapicera retirar el vomitivo morrón y ponerlo en una servilleta de papel, así con las 8, o 12 tiras de morrón. Envolverlas bien en la servilleta de papel, luego envolverla en una fotocopia mal sacada y luego en una bolsa de plástico (por el olor).
Pasó algo medio raro. (Ya tengo una historia sobrenatural). Cuando barrí antes de irme, y tiré la tierra en el tacho de basura, los morrones ya no estaban. Y nadie entró. Es algo muy extraño. Y empeora, porque hoy llegué, me senté y había olor a podrido, así que asumo que eran los morrones que volvieron para cobrar venganza.

En fin, pasé el día nauseabunda. Y ahora estoy respirando el olor que emanan los morrones en mal estado (y eso que están adentro de un servilleta, dentro de una fotocopia mal sacada, dentro de una bolsa de plástico doblada 3 veces).

¿Quién me alimenta bien, por favor?

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Macca Radio. Una radio, todo Beatles John Lennon Artificial Intelligence Project (JLAIP™) - Chateá con (cyber-) Beatle John Lennon

 


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