Viejas historias 1

El otro día, hablando con un amigo, me dí cuenta que cuando trabajaba en el anterior ciber, tenía miles de historias que no podía contar aquí, por miedo a que los dueños lo lean y me despidan.
Pues ahora ellos ya no son mis dueños ni jefes, y puedo decir lo que quiera... soy tan felíz.
Primero voy a comentarles que eran dos dueños (marido y mujer), un encargado (hijo) y una lacra (hija y hermana). Al lado del locutorio había un mini mercado, en donde ellos trabajaban también.
Vamos a hablar de cada uno de ellos por separado. Hoy:

EL CHIMPANCÉ
Él era el hijo de los dueños y encargado del local. Era el que siempre decía "a ful taim" y "es una lucha". Trataré de describirlo: Era un tipo feo como pisar un caracol descalzo que se creía un ganador. Venía con su moto y su campera de cuero y paraba en la puerta del locutorio, se levantaba los anteojos de sol y me decía mientras mascaba chicle "¿Todo bien, Mechicita?". Siempre llegaba tarde para abrir. ¡¡Entraba al locutorio en verano en cuero y tenía tetas!! Una vez yo salí del locutorio y estaba yéndo a tomar el colectivo y lo encuentro con su moto. Se levanta los anteojos de sol mientras mastica chicle y me dice "te llevo, Mechicita". "No, no, gracias". Pero insistía "Dale, Mechicita, vení que te llevo, no hay problema". "No, no importa, es un peso nomás el colectivo y lo tomo acá nomás". "No, pero dale, Mechi, te llevo". "No, dejá, no te molestes". "Pero dale, Mechi"... y yo resignada "Bueno...". Me subo y me dice "¿Alguna vez anduviste en moto?" "ehm... sí"... Comenzó a andar, y veía mi vida a través de mis ojitos... cuando me caí de la bicicleta... el día que escuché los Beatles por 1ra vez... la vez que se me rompió un vaso... y así. Sabía que iba a morir y la última persona a la que iba a ver iba a ser él... no sólo eso... iban a encontrar mi cadáver junto al de él!!! Finalmente, a 10 cuadras de mi casa le dijo "Dejame acá, acá a media cuadra es mi casa". "Bueno, Mechicita... nos vemos mañana".
Un tiempo, quería que yo los lunes saliera dos horas antes, y que recuperara las horas los domingos haciendo 10 horas seguidas, y abriendo el locutorio un poco más tarde. Después de un tiempo le expliqué que no me convenía salir antes, y mucho menos trabajar las 10 horas. Le expliqué que me agotaba ya que toda la semana me venía levantando temprano, y que al día siguiente también lo tenía que hacer.
-No, mirá- me responde -vos tenés que hacer lo que te digamos, porque tenemos un contrato verbal- (no dijo "contrato verbal" porque esa frase es demasiado compleja para su vocabulario, pero algo así me quiso decir)
-Ah, claro, cuando a vos te conviene tenemos un contrato verbal, pero cuando me cambiás los francos, o me decís "hoy quedate media hora más" no, ahí yo tengo que ser flexible, ¿no?-
-No, pero vos no entendés como es la cosa, vos tenés que saber que nosotros hacemos todo para que estés bien y ahora tenés que devolvernos el favor-
-Mirá, yo arreglé con ustedes desde el primer momento que iban a ser 8 horas diarias. Punto-
-¿Y qué hacemos con esas dos horas que no trabajás vos? No hay nadie que pueda reemplazarte-
-Y cerrá antes-
-No!!!!-
-¿Por qué no?-
-No, no es ético-
-KKJPBUMM- (sonido de mi masa encefálica saliendose por mis orejas)
-sbd8e ishrfo siusa ¿dsif? sifuqjwp, sudrher adbuo ai sjsr wsiurwq...- (no entendí porque estaba tratando de detener mi hemorragia cerebral. Hasta que lo que decía comenzó a tener sentido otra vez)
- Vouis tensés quie veur ciertfas cosfas, Mechicita, tenés que entender que acá estás bien, que este lugar te conviene. Tenemos un montón de cosas para darte, nosotros te ayudamos siempre que podemos, en algunos lugares no les dejan a los empleados usar internet. Les cortan la conexión en su máquina y sólo los dejan conectarse cuando tienen que sacar un CUIL. Están mal, en un lugar feo y deplolable...-
-iiiiiIIIIIIIIIIIIIIIIIPUUUUUUJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJjjjjjjjjjjjjjjjjjjj- (se me inmovilizó la parte derecha del cuerpo-
Una imagen clásica de todos los días era estar yo tranquila escribiendo el blog, o revisando foros y que él entre por la puerta del frente del locutorio cantando "chararaaaraaan chararachaachaa!!!" (léase como "the final countdown"), y salga por la puerta de atrás.

Les pido que escuchen la música mientras leen la siguiente descripción. Entren a youtube; aquí está el link al video


(Esperar a que empiece la música para leerlo, por favor)
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Entra un mamut con cara de ganador, cantando mientras su servidora tratando de comprender la imagen lo observa detenidamete. El hombre cada vez más seguro, camina con un paso fuerte y decidido bajo su auto-banda sonora, a través de todo el locutorio. Sus tetas se mueven al ritmo de la música, y orgulloso de su carente belleza se acomoda el flequillo con un movimiento rápido y firme hasta atravesar la puerta de atrás, mientras el locutorio mismo parece confundido por lo que acaba de suceder, y quedan sólo papeles volando luego de que esa tormenta de estupidez quedó atrás.
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Gracias.
Nuestra hoja de control tenía simples columnas en las que anotábamos todo. Las tarjetas estaban anotadas así:
10
20
30
15
10
10
20
10
15
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Y abajo anotabamos el total. Bueno, él usaba calculadora... y se perdía y no le salían las cuentas.
A veces le daba la loca y tenía ganas de parecer reflexivo e inteligente. El día que Argentina perdió el mundial, yo estaba en el locutorio como si nada y se me acerca y me dice
-¿Estás triste, Mechicita?-
-No, ¿triste por qué?-
-Porque perdió Argentina-
-No, triste no, me da un poco de lástima pero no tristeza-
-Sí, yo sé que estás triste pero bueno, no hay que ponerse mal-
-No, ya sé, no estoy mal-
-Bueno, así que aunque estés triste, debés recordar que siempre hay cosas peores-
-Sí, obvio, me lo vas a decir a mí!- (yo estaba en la peor época de mi vida)
-Sí, porque yo siempre digo... 'Hemos perdido más en la guerra'-
-... guau...-