Niños
Bueno, aclaremos algo si es que no se dieron cuenta ya;
No me gustan los niños. Casi se podría decir que los detesto. "Casí se podría decir" no, LOS DETESTO.
Pero parece increíble, vienen madres orgullosas de sus niños feos, y me los muestran, esperando que yo les diga algo... algo que las haga sentir seguras respecto a su orgullo frente a tal desagradable criatura.
Vienen mujeres, por ejemplo, con un bebé feo y el bebé me mira, afeando su cara aún más (si es posible) y con una línea de saliva chorreándole de la boca, con sus dos dientecitos. Y la madre lo mira, sonríe, y me mira a mí, esperándo que le diga "¡¡¡Hola cuquichitiminiticopolín!!! ¡Pero que lino! Que lino bebe. ¡Tí, lino lino es él!" Y el bebé feo, el aborto de la naturaleza me mire y me diga "¡¡aaahh!!" afeando más su rostro con una desagradable sonrisa, logrando así generar más saliva, la cual cae precipitadamente al suelo (que después yo tengo que limpiar).
Creo que definitivamente tengo un imán para los niños. Les parece atractiva la idea de hablar con una mina que está sentada en una computadora, con cara de orto (es imposible que un niño no me vea con cara de orto, ya que ellos me la provocan). Entonces buscan conversación, de la única manera en que un niño sabe:
-¡Zeñoraa! ¿No me da unoz eztikers de peditos? (Pedo=perro, aclaro)
Yo por supuesto, no me inmuto, sigo mirando la computadora como si nada.
-¡¡Zeñoraa!! ¿Tiene pedo?-
Yo, nada.
-¡¡Zeñora!!- insiste el infante, ignorando el hecho de que yo justamente lo estoy ignorando a él.
-¡¡¡ZEÑORA!!!- Ahí, por supuesto, no puedo hacerme más la boluda, ya que todos los clientes se dieron vuelta para ver porqué no le contesto.
No le digo nada, solo lo miro.
-¿Tiene pedo?-
-sí, tengo un perro-
-¿Y cómo ze iama?-
-Freddie se llama-
-¿Y an donde etá?
-En mi casa-
-¿Y po qué está en zu caza?-
-Porque sí-
-Zeñora, io quiedo jugá en ezaz zillas- (refieriéndose a las de la computadora)
-Si querés, sentate, pero no juegues-
-Io quiedo jugá con la coputadoda-
-No, no podés-
-¿Po qué no puedo?
-Porque no-
-¿Po qué?-
Y aquí está la respuesta secreta para que los niños se dejen de romper; simplemente hay que decirles "Porque cuquiricomingoporosongoitú". La palabra puede parecer complicada, pero una vez que se la aprende, verá su utilidad...
-Porque cuquiricomingoporosongoitú-
-¿Po qué?-
-Porque cuquiricomingoporosongoitú- Firme y seria.
Se aleja hacia donde está la madre y su hermanita... una bebé horrible.
Cuando se acercan la bebé me mira. Y encima... yo no entiendo como las madres le hacen ese firuletito a las bebés... ¡¡No tiene pelo, señora!! ¿No se da cuenta? ¿Para qué le ata el poco pelo que tiene? ¡Queda realmente horrible!
Bueno, y la bebé me empieza a mirar. Y la mujer mira a la criatura, y me mira a mí, mira a la criatura y me mira a mí, mira a la criatura y me mira a mi. Así hasta que le tengo que decir prácticamente OBLIGADA "Hola" y la bebé sonríe con esa cara fea. Y entonces le digo a la madre una terrible mentira que le digo a todas las madres: "Que linda, mirá que a mí no me gustan los bebés, pero esta es linda".
Los voy a dejar con un interesantísimo comentario que me hicieron hoy: "Cho me fui a pecar co mi mamá y co mi papá"
Etiquetas: 2006 (Ciber viejo)
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