Soy sólo humana

Bueno, como dice el título: Yo soy sólo humana.
En parte es bueno, aunque a veces me pregunto que se sentirá ser un androide... Bueno, ese es otro tema.
Soy humana y como tal, cometo errores y tengo defectos.
Algo muy feo que me pasa siempre es tentarme de risa en situaciones en las que no debería. Hay veces en que estoy en una situación incómoda y me doy cuenta que, aunque no me estoy riéndo, estoy sonriéndo, y es muy feo (quitando el hecho de si tengo linda sonrisa o no).

Estoy en este negocio, por lo tanto hay cosas de las que no debería reirme. Por ejemplo: A la entrada del negocio hay un mini mini mini escalón. Hay gente que se tropieza y me tiento mucho de risa, porque la cara que ponen antes de caer es impagable. Una mujer entró y al tropezarse cayó como tromba al suelo, y yo le dije "Uh, ¿Está bien, señora?" en lugar de decir "Jajajajajajajaja" y sacarle fotos. Es horrible, hay veces que se me caen las lágrimas de la risa contenida. O cuando entran los adolescentes bien vestidos, con su pelo lleno de gel, se tropiezan y se ponen rojos como tomate.
También me sucedió una vez en que una vieja se quedó enganchada con la puerta de la cabina y se puso a gritar "Ah, mi saco, mi saco!!" mientras tironeába cual perro atado, deseoso de libertad. Yo sentía como la risa quería salir, pero no podía, llegaba desde mi corazón hasta la garganta, y al intentar traspasar a mi boca, algo la detenía, aunque lograba pasar un poquito, transformada en una sonrisa.

Pero lo peor fue cuando la hija de los dueños se peleó con ellos. No sé exactamente que habrá pasado, ni me esmero en averiguarlo, pero un día vino, y la situación fue tan incómoda que además de lágrimas, me caía sudor de la frente. Ella vino y, parada en un rincón le dice a la madre, con un hilo de voz "Necesitaba hablar con vos" a lo que su madre responde "¡No tenés NADA que hacer acá! ¡Andáte!" y yo, tentadísima de risa, me puse a contar la plata para disimular. Se armó un silencio denso, el aire se podía cortar con un cuchillo, creo que se escuchó un pequeño "pppgppgpgg" mío (intento fallido de "Juajuajuajuajuajuajua"). Agarré las cosas y salí prácticamente corriendo hacia afuera, mientras me destartalaba de la risa. Ya sé que no es gracioso, no me río de lo gracioso, me río de la incomodidad.

Otra cosa que me es muy difícil, es no burlarme a la gente que me habla como idiota. No me dicen "¿Me das máquina?" con voz de humano. Ponen una voz de pitito y bien bajita, cosa que no se escuche, y ponen carita de cordero degollado. Me dan ganas de mirarlos con cara de tonta, y usándo una voz aguidita decirles "patá po la dó". Es realmente difícil no hacerlo, es más... lo hago, me es muy pero muy difícil no hacerlo, necesito una gran concentración para lograr ese autocontrol.
¡No puedo evitarlo! ¡Burlo a mis clientes! A algunos hasta los retraté, a otros les hice muñequitos vudú y los pincho 36 veces con alfileres negros y rojos mientras danzo sobre una pila de arroz con sangre de vaca y gallina virgen. No soy loca por eso ¿No?

Peluquero

Odio al peluquero, maldita sea.

Viene al negocio, casi siempre para usar una cabina, lo que me saca de este tipo es que no me pide las cosas, las señala. Yo sé que en el pasado me he quejado mucho de esto, pero es que es realmente frustrante, uno está tranquilo como siempre, navegando por... por Nowhereland ahora no, porque lo cerraron, pero por algún lado seguro. Sentís que entra alguien, mirás, y está un grandulón con cara de idiota, mirándote, y señalando una cabina. Les digo "¿Hola?" entonces mueven la cabeza, y me señalan la cabina, entonces yo les digo "Sí, ¿Qué?" mueven la cabeza y señalan la cabina "Sí, ¿qué quiere? ¿Cabina?" mueven la cabeza "¿CA - BI - NA?" mueven la cabeza, y como ya no entienden que los estoy tratando como a un niño que no sabe hablar, les doy una cabina.
Este tipo es más frustrante. Es un tipo de unos 52 años, pelado y con panza, se mete la camisa adentro del pantalón (por arriba de la cintura, por supuesto) y eso le hace más panza. Bueno, él en lugar de utilizar su energía en decirme "Hola, ¿Me das cabina?" la gasta en silbarme como a los perros, o emitir alguna clase de sonido que llame mi atención, así cuando miro, lo observo a él con cara de retrasado mental fumado, agarrando la puerta de una cabina, sí, siquiera señalándola, no, él decide qué cabina va a usar...
La otra vez estaba loquísima haciendo miles de fotocopias (miles no, cientas... bueno, cientas tampoco, algunas decenitas... sin plural) y él, se queda parado en la puerta, al lado de la cabina 1, agarrándo la manija para abrirla. Como sus chiflidos no llamaban la atención (lo hacían, pero me hacía la que no escuchaba) procede a una técnica mucho más elaborada: Hacer sonar sus llaves. Yo sigo acomodándo las hojas fotocopiadas, con todo el tiempo del mundo. Vuelve a hacer sonar sus llaves, mientras sigue queriendo abrir la puerta de la cabina 1. Yo en ese momento me dí cuenta que la vida es demasiado larga como para no tomarse un buen rato para acomodar bien las fotocopias y contarlas varias veces, por las dudas. Vuelve a hacer sonar las llaves, parece que no se daba cuenta que esta táctica no da resultados, entonces saca un as de la manga; Tose. Yo había terminado de acomodar las fotocopias y de entregarlas a su dueño, el cual me "tapaba" la vista del peluquero insistente con su catarro y el constante movimiento de sus manos que sostienen las llaves. Se va el otro cliente, y el peluquero se queda allí, moviendo las llaves. ¿Yo que hago? Me siento en la computadora, navegando (por Nowhereland no, buaa!). Entonces el peluquero, increíblemente renuncia a su insistente estupidez, y me dice con voz de fastidio "¿me das cabina?" mientras abre la puerta de la cabina 1, la cual deseaba desesperadamente. Espero a que abra la cabina y se siente para decirle "¡Por la dos!".

Victoria Personal

¡¡Lo logré!! ¡¡Mandé el fax a Personal!! Les adjunto la foto del comprobante de envío, para que disfruten conmigo mi logro, el logro del mes:


Muchas gracias, intentaré disimular mis lágrimas de felicidad...

Crisis existencial

Nunca pensé que me iba a pasar esto... he conocido a varios hombres y muchos me han hecho sentir así, unos más que otros, pero se suponía que así debía ser; Yo soy mujer, tengo que sentir esas cosas por los hombres... pues bien, hoy he descubierto que conozco a una mujer que me vuelve loca...

Su nombre es... eehh.. le tengo que inventar un apodo, bueno, digamos... Foalfa (yo entiendo porqué). Antes la veía y no me causaba nada, pero ahora... ¡Me vuelve loca! Estoy en el negocio y cuando entra cambia todo... todos los días me pregunto si hoy la veré, todos los días de mi vida, no lo puedo evitar...

Me pidió que pasara un trapito por los mostradores de la librería, y lo hice... al otro día veo el mismo cartelito que me había dejado ("Mechicabota: por favor, pasá un trapito por las estanterías, gracias. Foalfa") pero siempre quedan papelitos del día anterior... Entonces hoy lo ví... un NUEVO cartelito que dice "Por favor, Mechicabota pasá un trapito por las estanterías" ¡¡Y yo ya lo pasé!! ¡¡YA LO PASÉ!! Por las dudas que me haya quedado algo sin querer, vuelvo a sacar tooooodo lo que está en la librería (lapiceras, borradores, liquid paper, purpurina, resaltadores, cartón cartulina, cartulina metalizada, un teclado, cuatro celulares, dos auriculares, goma eva, etc, etc, etc) y le pasé el trapito, ¡Y no salió nada! ¡No había tierra! La inventé, por supuesto y le volví a pasar el mismo trapito, limpio, que salió limpio luego de "limpiar" las estanterías. LIMPIO LIMPIO, LIMPIO!!! LIMPIO, L-I-M-P-I-O. Dios mio... ¡Me vuelve loca!

Entonces limpié cualquier cosa que pudiera hacerse llamar "estantería", esto es: Mostrador (limpio) Mesas de computadoras (limpias), silla (limpia), mesitas de los teléfonos (limpias), y al fin empecé a denominar "estantería" a cualquier cosa en la que se pudiera apoyar algo, esto es: Monitores, teclados, sillas, picaportes de puertas (para ese momento me empecé a volver loca), la calculadora, la parte de arriba de la fotocopiadora, la impresora, y ahora vienen unos señores vestidos de blanco, con un camión graaaaaande, y dicen que me van a llevar a un lugar mejor. Me están ponienfdoi unmna camiosa ilnda equ difiicuñlta mi escrtituyra, erop me gustat prouqe se abrochaaa atráds,y aedemas.............................

Personal

He decidido ayer que odio a los de Personal (o “Pérsonal”, como prefieran llamarse). Estaba muy aburrida, pero muy aburrida por la falta de Internet, y tener que enviar un fax me cambió la perspectiva de la vida... Aunque sí estoy mucho muy aburrida.

Por supuesto ayer llamé a los proveedores de Internet para reclamar la falta de conexión, a lo que me responden “No, tuvimos un problemita, pero en media hora... no (corrigiéndose) menos, unos quince minutos ya lo tenemos solucionado”. Lo que no me dijo es que eran 15 minutos de los largos, o sea, el equivalente a 26 horas, y esto todavía lo supongo, tal vez me hablaba de minutos tamaño familiar, porque a las 9 de la mañana de hoy, dijeron que para el mediodía estaba solucionado, así que calculo que para mañana a eso de las tres (cuando yo me voy) va a volver la conexión.

En fin, volviendo a Personal, estaba muy aburrida intentando estudiar para entretenerme, y viene una chica a mandar un fax a Personal, salté de mi silla, por la alegría de sentirme útil. Marco el número y me atiende una máquina “Si desea denunciar robo o extravío de un celular, maque 1. Si desea ser atendido por uno de nuestros representantes, marque 2. Si desea activar una nueva línea, marque 3. Si desea la paz mundial, maque 4. Si desea obtener información sobre promociones y novedades, marque 5. Si desea ser invisible para ver a mujeres cambiarse la ropa, maque 6. Si desea ser invisible para ver a mujeres bañarse, maque 7. Si desea obtener información sobre compra de nuevas líneas, marque 8. Si desearía estar muerto, marque 9 [te transfieren a la línea de atención al suicida, que recibe el 95% de las llamadas a Personal]. Si desea hacer otras consultas, marque 0. [... 20 minutos después] Si desea saber que se siente ser un león con hambre, marque 7 * 7 * 1. Si desea enviar in fax, marque 7 * 7 * 2 [Sí, lo que uno desea siempre es lo último]. Si desea escuchar nuevamente sus opciones, espere medio milisegundo y se repetirá automáticamente. Si desea denunciar robo o...” marco lo que debía y empieza la canción “pipipú pipipú pipipú ‘aaahh..’ pipipú pipipú” y así unos 7 minutos y de repente “aahh.. pupupupupupupupupupupupupupupupu” ¡me cortaron! Vuelvo a llamar, vuelvo a escuchar a la mina recitar su poesía, vuelvo a pedir señal de fax, y otra vez esa música asquerosa (¿Quién eligió esa canción para representar a una empresa ‘Lider’ en la telefonía celular, como lo es Personal? Habría que ejecutarlo por mala praxis) y otra vez me cortan. Llamo, repito la operación, con los ojos cerrados, y para no escuchar todas mis opciones tapaba la voz de la mina apretando los botones “si desea denunpiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiip lular, marqupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiipatendido por unpiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiip” bueno, al final, intente lo que intente no puedo mandar el fax. Por lo tanto decido elegir otra opción, porque Personal está con vos, entonces pido la opción 2 y espero ser atendida por uno de sus representantes (o sea, unos pibitos entre 18 y 24 años, fingiendo voz amable.) Me los imagino encerrados en un cubículo, con un tipo apuntándoles una pistola en la cabeza mientras les señala un cartel que dice “Sé amable”. Me atiende el “representante” (antes me aclaran que “mi llamada puede estar siendo grabada”) “Hola, que tal buen día, gracias por comunicarse con personal, mi nombre es María Agustina de los Charros López, ¿en qué le puedo ayudar?” (con voz de Teletubbie) “No, pasa así” le digo, y le explico cuál es mi problema, me dice “No, vo ta bié. Vo haté tooo bié. ¿Vo queré maná fá? Bue, ta to bié. Maná fá.¡Maná fá ota e!¡Ota é! ¡Haté too otá é!”. Esto es, traducido: “No, está todo bien lo que hacés, volvé a intentar mandar el fax, volvé a hacer lo mismo que ya hiciste”. Para colmo mientras me hablaba, unos niños adorables de entre 4 y 6 años se metieron en la cabina 4 (la que está conectada al fax que yo estaba usando), levantaban el teléfono y gritaban “¡Mirá! ¡Se escucha! ¡Se escucha!” mientras su madre hablaba como loro por la cabina 1. Y yo: “¡Dejá ese teléfono! ¡Lo soltás ya!”, los nenitos me miraron asustados y salieron corriendo (por suerte).

Resumen: el fax está todavía acá, me mira y se sonríe, no puede ocultar la gracia que le causo. ¡Hasta los fax se burlan de mí! ¡Qué patética vida! ¡Maldito fax! ¡Malditos alumnos incondicionales de Barney! ¡Muerte a Personal!

Mi victoria patética

Estoy desde las 7 de la mañana acá sin:


1) Clientes
2) Libros
3) Música
4) Internet
5) Ganas de vivir

Me he dado cuenta que este lugar es realmente aburrido. Había pasado varios días sin Internet, pero nunca sin Internet ni música! Es totalmente deprimente, miro hacia fuera, buscando una liberación interna de algún u otro modo, y lo único que veo son dos perros enganchados. Y aunque no se crea, estuve un rato viéndolos, para ver como hacían para desengancharse... Y cuando lo hicieron los dos lloraron... y yo me reí.
Después pude ver el interesante trabajo del cuidador de la plaza. Va con una palita y junta todos los papelitos, chupetines a medio comer, desechos de perro, preservativos usados, y yo en lo más patético de mi alma lo miraba y lo envidiaba. Hubiera deseado haber cambiado de vidas con él por ese día...
La fotocopiadora anda medio mal, por lo tanto me estuvo dando problemas, pero tengo una noticia genial para todos los que están leyendo, y se lo dedico a mi club de fans; ¡¡Aprendí a cambiar el toner!! ¿Saben lo que significa esto? ¡Que aprendí a hacer lo que me quedaba por aprender a hacer! Lo más gracioso es que yo no tenía la menor idea de cómo hacer para cambiarlo, pero como unos clientes estaban esperando sus fotocopias, y me apareció en la pantallita “Cambie el toner para continuar”, no me quedó otra que cambiarlo haciéndome la experta; abrí la compuerta (¿se dice así?) apreté una cosita verde que había ahí, levante una palanquita muy bonita, empujé... no pasó nada, levanté... tampoco pasó nada, tiré... y se vino una cosita negra, que atrás tenía una cosita gris, y cuando la miré de cerca ¡resultó ser una botella de tóner! ¡Vacía! Disimulando mi alegría con una cara de “sé lo que estoy haciendo” miré a los clientes, quienes me miraban y respetaban desde debajo de mi altar místico “Miss tóner”. Saco una botella nueva, con mi cara de mina experimentada en el negocio de las fotocopias, miro disimuladamente las instrucciones y coloco la botella (con las instrucciones hacia arriba, para poder seguir viéndolas sin romper mi aura de “¿Otra vez está haciendo esto...?”, que reemplaza a la verídica “¿¿¿QUÉ ESTÁ HACIENDO?? ¿¿QUÉ ES ESTO?? ¿¿DÓNDE ESTOY?? ¿¿A DÓNDE ME LLEVAN??”). Cierro todo lo que hay que cerrar, y en la pantallita dice “Cambiando toner, espere por favor” y a mi alegría contenida por la suerte que tuve, la reprimí, liberando tan solo un “Bué, ahí vamo’ a andar”, mientras me limpio las manos llenas de toner con un trapito cual mecánico grasiento (empleada tonerosa). De repente la pantallita vuelve a decir “Cambie el toner porque se acabó, idiota, ¿creyó que lo hizo bien? Pues no” en realidad eso no decía, mi mente agregó ciertas partes y me es difícil recordar cuales. En ese momento supe que mi aventura no había terminado, vuelvo a hacer todo desde un principio y... ¡Lo logré! ¡Cambié el toner! Y me limpié las manos nuevamente que estaban completamente negras, en lugar de hacer lo que yo quería; danzar sobre la fotocopiadora con un collar de ajos mientras cantaba “¡¡te domino, te domino, te domino!!”. Al final se rompió, y ahora no anda... tal vez sea por mi baile... no creo.